A MANERA DE INTRODUCCIÓN
JACARANDA No habrá manos que detengan el hachazo invisible Nada impedirá que sea un cadáver sin retorno astillas en galope hacia la amnesia Cuando los moradores hayan vuelto a casa al fingido bronce del mediodía doméstico sus ojos, golpeados por el vacío que ahora subraya al cielo se esparcirán por el patio como polvareda de preguntas mudas, inútiles (No habrá comidas gozosas No habrá secretos que mondar bajo la fronda El columpio no acompasará las tardes) Entre las ramas caídas los deudos de la jacaranda encontrarán una certeza brutal esa que durante años disfrazaron con un sereno adverbio de tiempo Óscar Cortés Tapia